· Avanzar en una soberanía conjunta, más unión política, más futuro en común y si es necesario menos
unión económica pues lo realmente importante a nivel económico, como ya indicamos en la introducción, no debe ser estar o no en el euro. Se ha avanzado en todo lo referente a moneda, libre circulación de capititales y m.o., en disminuir la soberanía nacional, en la gobernanza económica (gobierno de instituciones no elegidas por los ciudadanos y sin su control), en definitiva en la aplicación de todos los principios liberales pero no se ha avanzado hacia una soberanía europea conjunta que respete a los diferentes pueblos, que acabe con los gobiernos que actúan como consejos de administración (como gestores que no como gobernantes) de los mercados que son los que realmente gobiernan (Merkel lo llama gobierno democrático conforme con el mercado).
·
Avanzar en la
armonización de los derechos sociales. Establecer un mínimo común europeo de
derechos laborales y de protección social, para así evitar que las
desigualdades actuales sean utilizadas para enfrentarnos a unos trabajadores
con otros, imponiendo un retroceso generalizado de los ya escasos derechos
laborales, como está ocurriendo en la actualidad.
·
Auditorías de deuda a todos los
niveles y ámbitos públicos (local, autonómico y estatal). Definición clara a
priori de la casuística incluida en el concepto de deuda ilegítima y propuesta
de eliminación de la parte ilegítima (aquella
contraída sin que sirva directamente para mejorar las condiciones sociales de
los ciudadanos), procediendo a renegociar (no de manera unilateral) la quita de
la parte correspondiente a la misma. A modo de ejemplo se deberá considerar
como ilegítima al menos, la deuda contraída por el rescate bancario, la surgida
de llevar a la práctica el axioma “privatizar beneficios, socializar perdidas”,
la correspondiente a rescates de empresas por la ejecución de infraestructuras
claramente innecesarias como las radiales de pago de Madrid. Por supuesto todas
aquellas contraídas por las diversas administraciones que hayan sido dedicadas
a la financiación irregular de partidos políticos, comisiones ilegales, malversaciones
públicas o cualquier otra variante de corrupción ya juzgada y condenada y en
todos estos casos con sus respectivos intereses. Junto a ello los excesivos
diferenciales pagados a las entidades bancarias por deuda pública con fondos provenientes
a su vez de préstamos del BCE.
En el ámbito local además, el diferencial de intereses entre
la deuda contraída con las distintas entidades bancarias, surgida como
consecuencia de la aplicación del plan
de pago a proveedores y el 1% al que se han financiado dichos bancos para
disponer y prestar ese dinero. Si el ICO hubiese podido facilitar esos
préstamos en las mismas condiciones que han tenido las entidades bancarias, ese
diferencial se lo habrían ahorrado las entidades locales, es decir todos y cada
uno de sus ciudadanos.
·
Consensuar
mecanismos de renegociación para la deuda restante que ya pasaría a ser deuda
reconocida y avanzar hacia políticas fiscales comunes que incluyan emisión de
bonos europeos que permitan la financiación de los países con problemas a
menores tipos y ayude por lo tanto a que esa deuda ya reconocida se haga
“pagable”. El país ya aceptaría un compromiso en firme por el que se obligase al pago de dicha deuda ya
reconocida, dándole prioridad en el pago justo después de atender a las
demandas sociales básicas del país. Esta emisión
de deuda europea (respaldo europeo conjunto y solidario a las economías más
débiles) sería justa además de necesaria, pues los países del norte también
contribuyeron a fomentar las burbujas del sur al prestar dinero, obteniendo
grandes beneficios por ello entonces.
·
En esta
línea, revertir el juicio sumarísimo sobre esta crisis que ha declarado al
norte inocente y al sur culpable y que nos ha endosado directamente la
penitencia. Esta es la misma línea argumental seguida al final de la 1ª guerra
mundial y que tuvo como consecuencia, entre otras circunstancias, una 2ª guerra aún más devastadora, con un
pueblo que cayó en las manos del fascismo que le prometió la restitución de su
nivel económico anterior, amparándose en los valores supremos nacionalistas, de
orgullo de raza y de odio al distinto ¡Ojo con estos lodos!
·
Reforma BCE replanteando su
actual objetivo prioritario, el control de la inflación, al menos en épocas de
crisis. Así al tener la potestad de imprimir dinero podría haber optado por
ello y así aplicar políticas de estímulo como ha hecho la Reserva Federal de
los EE.UU. Esta política sería harto difícil que pudiera producir, incluso ligeros repuntes
inflacionistas en estos momentos, ya que el dinero en circulación es bajo por
tener los bancos gran cantidad en reserva para capitalizarse o tenerlo
invertido en bonos del estado. Se debe dotar al BCE de mecanismos transparentes
que le obliguen a actuar ante estas situaciones confiriéndole, como ya he
indicado, la posibilidad de comprar deuda pública de los Estados miembros
mientras se articula la política fiscal común, pero sobre todo dotarle de la capacidad
de prestar dinero a los Estados miembros, ya sea directamente o a través de la
banca pública, pues en la actualidad sólo pueden realizar préstamos a través de
los bancos privados, sufriendo los Estados el pago de unos intereses altísimos
a la banca, que obtuvo el dinero del BCE al 1%.
·
Finalización de las políticas
de ajuste a cambio de ayuda financiera pues se ha comprobado que reducir el
gasto público, subir impuestos y aplicar devaluaciones internas vía salarios, hace
disminuir la demanda agregada del país y por lo tanto la producción, el empleo
y la recaudación impositiva. Si bajan los salarios no aumenta la ocupación sino
los beneficios, lo cual produce una mayor fractura social y a lo sumo un
aumento de la producción y de la demanda de bienes de lujo, pero un descenso en
conjunto de la ocupación al disminuir la demanda del resto de productos y
servicios. Es en el reparto de las rentas generadas donde se debe incidir, pues
un motivo importante que ha hecho más persistente la crisis en España, es el
hecho que esta distribución ha beneficiado cada vez mas a las rentas del
capital en detrimento de las del trabajo lo que ha contribuido a aumentar las
diferencias sociales y a disminuir la capacidad de consumo de amplias capas de
la población.
·
Plantear la salida contraria,
comenzando con un aumento de los salarios de los trabajadores de los países del
norte que produzca un aumento en el consumo y la relajación de la presión sobre
los salarios de los trabajadores de la periferia, así se aumentaría a la vez
demanda y ocupación. Este planteamiento ahondaría en los fundamentos
internacionalistas que fueron el alma de la inicial U.E. y acercaría a los
trabajadores independientemente de su origen.
·
Campaña de divulgación a nivel
europeo que haga ver a los ciudadanos que una retirada de un país del euro
produciría un efecto contagio sobre las economías del resto de la eurozona. Los
mercados financieros castigarían a toda la U. E. por lo que se hace
imprescindible avanzar en la unión política y armonización de derechos y
prestaciones sociales.
·
Aumento del presupuesto europeo
(actualmente es de 151.000 millones de euros, el 1% del PIB de la U.E.) para
crear políticas de empleo que reduzcan el paro y consecuentemente las
desigualdades norte-sur. Estos dos asuntos, paro y desigualdad, se han
configurado como los dos grandes males
no resueltos por el sistema económico actual.
·
Potenciación del Parlamento
europeo dotándole de mayores atribuciones como competencias legislativas plenas
o ejercicio de un control efectivo sobre la Unión económica y monetaria.
·
Disminuir los requisitos
necesarios para poder plantear una Iniciativa Ciudadana europea tanto a nivel
de número de firmas, como en el número de las distintas nacionalidades
requeridas.
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